Todo se reduce a las personas
Al fin y al cabo, todo empieza y termina con las personas. Si los empleados no están contentos, el negocio no funciona. Si los clientes no están contentos, el negocio no funciona. Si las relaciones no se cuidan, el negocio no funciona.
Desde principios de 1955, hemos tenido la firme convicción de que cuidando de las personas, el éxito vendrá de la mano. ¿Sabía, por ejemplo, que cuando nuestro fundador Carl Erik Josef Nyberg (CEJN) empezó con la empresa, solía recoger y llevar a casa a sus empleados al principio y el final de la jornada laboral? Esa mentalidad sigue aún vigente.